Misterios Dolorosos

PRIMER MISTERIO DOLOROSO: LA ORACIÓN DE JESÚS EN GETSEMANÍ

(Lc 22, 39-46) “Va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos: Sentaos aquí, mientras voy allá a orar. Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra,” y dijo: “Padre si quieres aparta de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad sino la tuya. “Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra.” Palabra de Dios.

En la gran oración al Padre, Jesús encuentra fuerza, confianza y un ángel es enviado a confortarlo. Jesús es nuestro confortador. Es como Él nos dijo: “Porque se preocupan en las dificultades? Sean fuertes en mí, mirad a Dios en las horas más dolorosas, y triunfarán.” Permítenos encomendarnos a Dios para siempre cumplir su mandato.s. Amén.

Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria. JACULATORIAS

MISTERIO DOLOROSO: LA ORACIÓN DE JESÚS EN GETSEMANÍ

SEGUNDO MISTERIO DOLOROSO: LA FLAGELACIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

MISTERIO DOLOROSO: LA FLAGELACIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

(Jn 18, 33, 19;1) Pilato “volvió a salir donde los judíos y les dijo: Yo no encuentro ningún delito en él (…). ¿Queréis, pues, que os ponga en libertad al Rey de los judíos? Ellos volvieron a gritar diciendo: ¡A ése, no; a Barrabás! (…) Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle.” Palabra de Dios.

Cuanto dolor, tormentos y heridas abran en el cuerpo de Jesús? Cuanta sangre cayó al suelo, mientras sus verdugos reían, lo insultaban, y reunían sus fuerzas para volver a golpear el inocente cuerpo de Jesús? Permítenos aceptar los insultos por amor a nuestro Señor y arrepentirnos de nuestros pecados. Amén.

Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria. JACULATORIAS

TERCER MISTERIO DOLOROSO: LA CORONACIÓN DE ESPINAS

(Jn 18, 33, 19;1) Los soldados “trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!; y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza.” Palabra de Dios.

Piensa en las indignaciones, ofensas, y humillaciones que Jesús sufrió. Parece decirnos “Porque te desesperas cuando sufres? Es esa la manera en que me amas? Medita mi pasión y encuentra en ella un rico alimento espiritual.” Madre, permítenos pedir el regalo de la paciencia y aceptar todas las humillaciones, pensando cuanto Jesús sufrió por nosotros. Amén.

Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria. JACULATORIAS

MISTERIO DOLOROSO: LA CORONACIÓN DE ESPINAS

CUARTO MISTERIO DOLOROSO: JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS

MISTERIO DOLOROSO: JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS

(Lc 23,26-32) “Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle”. “Y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario”. “Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, (…) a que llevara su cruz.” Palabra de Dios.

Aún y cuando Jesús hubiera sufrido solo por ti, Jesús hubiera aceptado tales dolores, grande es su amor por ti. A lo largo del camino al Calvario, Jesús ve a su Madre. Podremos imaginarnos el momento cuando sus ojos se encontraron? O cuanto su corazón debió haber sentido dolor. Permítenos pedir María la gracia de siempre aceptar nuestra cruz cada día para seguir a Jesús.  Amén.

Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria. JACULATORIAS

QUINTO MISTERIO DOLOROSO: LA CRUCIFIXIÓN

(Lc 23, 33-34, 44-46; Jn 19, 33-35)  “Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron. (…) Jesús decía: Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen (…). Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona (…). Jesús, dando un fuerte grito, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu y, dicho esto, expiró.” “Como le vieron muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.” Palabra de Dios.

Jesús desea vernos cerca de María, Esto es lo que él quiere. Él nos pide que nos encomendemos a la Virgen María. Él nos pide reconocer a Nuestra Señora como Nuestra Madre, quién encenderá en nosotros un amor ferviente a su hijo. María, nosotros creemos en ti, tómanos y llévanos al refugio de tu Inmaculado Corazón, alivia nuestra soberbia con tu humildad, que es la que nos aparta de Dios.  Amén.

Padre Nuestro, 10 Ave Marías, Gloria. JACULATORIAS

MISTERIO DOLOROSO: LA CRUCIFIXIÓN